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jueves, 31 de julio de 2014

Regresando de los bosques- del cuarto libro de poesía"Audición del confín"

PORTADA  CUARTO LIBRO TITULADO "AUDICIÓN DEL CONFÍN",  POEMA:
REGRESANDO DE LOS BOSQUES


 Regresando de los bosques asilados y auxiliados
En la frontera de la imaginación
E impulsándote a la salida del espacio invernal
Donde moran los confidentes de la incongruencia

Abrasando pliegos invertidos en la solapa de la pubescencia
Aflorando con desgracias de habitantes de una maldita raza
Dejando en el asueto, posado el discernimiento austral
Abrigado con el sudor de ser trampeado por las arrogancias

Apareciendo  de las especies fundamentales de la destreza
Se ahoga el río cuando llega al mar
Al Este se vuelve a los orígenes
Al Oeste nos resignamos con nuestro destino

Pirquineros azuzando sus hilos de metales nobles
Avisando la adquisición en la sutileza y en disimulo
Caen  dueños de si mismos culminando el ciclo de nacer y morir
En el vendaval de los cimientos ilustrados en la leyenda

Poblados de maderas que progresan de sus raíces 
Y se amilanan al lado de cada tranco egoísta
Porque el hacha venció encima de la corteza
Que tumbó de tal forma que a veces fue inoportuna
Bosques siniestrados, vestigios de la insolencia enajenada
Exponiendo una acuarela carbonizada; desencajada

 Regresando de los bosques hasta donde la memoria no daña
Y hasta donde el principio solo aturdió a la belleza
Balanceando a cada especie que se alojó en sus ramas
Para trinar sus propias existencias hacia sus últimos días

Mensajes que se forman en los árboles propietarios de su tierra
En los bosques de las palabras
Resonancias de un bosque de nubes que rescinde en el mar
Confortándose debajo de un baile cromado de sabias incansables

El árbol crece y oxigena templando el aire de lo que estima
Inconceptúando a los mentores; su arte de hacerse solo
En las ciencias de las facultades
En su acaecer sin vulnerar lo que está a su lado
El invierno me hace pensar en lo que ha sido
El verano me hace pensar en lo que será
Adjetivos que convergen y se inclinan en la tilde de las cosechas
Colmándose del pasar
Y aseverándose en el lodazal
Hasta alcanzar a las nubes que revisten su sombra

Entrando en los montes cetrinos a la orilla del regreso
Penetrando en el origen de un poema
Cediendo sensaciones inscritas en el acopio de las fidelidades
En las utopías del presente
E invadiendo su semblanza

 De las jerarquías del hombre atracado en su riqueza
Se desprende la vulgaridad que deja la estela sucumbida
Convertidas en alergias
Pernoctando sueños que aumentan sus desgracias en el aula del avaro
Desasiéndose del bálsamo del bosque 

Regresando de la espesura barruntando señales inolvidables; desgranadas
Apaciguando convulsiones que desviven, que cortejan y que ligan
Cuando el silencio lúgubre desorienta y no permite ser dueños de si mismos
Si advertimos el brillo del sol atenderemos la causa de aprensiones internas
A que no hallan ramas que se rasguen por enfermedad
Ni pájaros negros que son de envidia

Abogando con los pioneros del encanto en un trazado momento
Bordeando las orillas de los riachuelos vaporosos y su asolada espera
Cuando la aurora admitió su último cuerpo en el follaje de las edades
En el retorno de todos los suelos sorteados por el aire

Quedaremos en el bosque profundo de nuestros destinos
Fomentando tonos libres de la variedad que no ocultan el camino
Culminando el regreso sobre el tramo del día.





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